lunes, 26 de septiembre de 2016

BUKKAKE

Me pasaba noches en ensoñaciones, mientras posaba una de mis manos mi fantasía principal era estar rodeada de un montón de hombres. Principalmente que olvidaba traer dinero para pagar un taxi, y le ofrecía al hombre aquel pagar con una buena mamada, y encontrarme con la sorpresa de que él tenía planeado hacerme costear la deuda con creces.
Yo estaba en el taxi bajándome la ropa interior, intentando ubicarme como fuera en ese pequeño asiento en 4 para que el pudiera contemplar mi hermoso sexo cuando manejaba, y en las luces rojas pasar su dedo para toquetear algo, sentir de a poco una excitación increíble, el sentir que tu vagina se va mojando y su dedo intruso inspeccionando mi gloriosa zorrita hasta llegar un punto de no poder aguantarme más, darme la vuelta, bajarle la cremallera y meter toda mi boca en ese bulto erecto que me ofrecía.
Con mucha dificultad iba manejando debido a mis constantes mamadas, de vez en cuando corría mi pelo y yo intentaba mirarlo a los ojos en esa posición incómoda, los ojos me brillaban de lujuria.
-Chica, lo haces estupendo, pero quiero informarte que la paga por tu ida a la casa no será solo una buena mamada. Te llevare a un lugar.
Solté el dulce. Y lo mire con signo de interrogación.
-Te llevare con mis amigos, porque quiero que ellos tengan la fortuna de que se las chupes como a mí.
Mis ojos se llenaron de alegría, no sé si era efecto del alcohol o qué, pero asentí con la cabeza y comencé a comerme su pene otra vez.
- ¡Descansa! Lo vas a necesitar.
Me acomode en mi asiento con un nerviosismo y una calentura inexplicable. Las bragas me las quite y guarde en mi cartera.
Llegamos a un lugar alejado y oscuro, pude divisar a unos cuantos hombres que fumaban junto a sus autos.
El tipo bajo y les indico algo, todos miraron en dirección al taxi donde me encontraba jadeante, esperanzada.
El tipo volvió y 3 hombres se sentaron en la parte trasera del auto. Y uno al lado de mi puerta me toco el vidrio. el otro tipo bajo la ventana y ante mis ojos se presentó un pene lánguido que tomé con mis manos y comencé a saborear inmediatamente. El otro, me metió mano y comenzó a estimular mi clítoris, mis pezones se erectaron, levante más la cola para que su dedo explorara toda mi vagina.
Los otros tres miraban la escena, no tardaron en sacar sus penes y masturbarse. Escuchaba el palmoteo, mi boca llena, mi vagina jugosa por dos dedos en mi hendidura.
Uno de ellos me quito el vestido y el sostén. Quede en pelotas.
Me puso entre medio de los dos asientos con el trasero levantado, y un pene se introdujo de golpe en mi vagina, agarro mis caderas y yo les jadeaba a los de la parte trasera. Ellos al ver esta escena de mis tetas danzando por las embestidas, mi boca abierta gimiente, no tardaron mucho en tomarme la cabeza e ir chupando uno a uno sus penes.
El calor ascendió, los vidrios se empañaron y yo me sentía llena.
Pensaba esto mientras iba llegando al clímax máximo fuera de mi fantasía. Múltiples imágenes de ser follada, de chupar, de una mano que estimulaba mi clítoris, tocaban mis pechos y pronto venía el momento culmine.
Uno no aguanto, acercó su pene a mi boca y la lleno de leche. Corría por mi boca.
Mi cara estaba roja. El sudor caía por todo mi cuerpo, y a su vez se escuchaba el chocar de la pelvis del hombre en mis nalgas.
Se volvió más violento, otro agarro mi cara y me la lleno de más semen. Faltaban solo 3 que acabaran.
El que me follaba comenzó a moverse más violento, una sonrisa se dibujó en mi cara porque sabía que venía el momento de que acabara dentro de mí.
Chorreante por la boca, por mi sexo, otro más ingreso en mí y me follo demoníaco. Su pene duro entro lentamente. Y el último tomó mi cabeza para que terminara el trabajo.
Chupé como pude, el tipo sostuvo mi pelo. Y empujaba mi cabeza para que entrara por completo su miembro gordo.
Y con esa imagen, fuera de mi fantasía, fui sintiendo el clímax. Mezclando la excitación que me causaba ver esta escena, y mi mano en mi clítoris. Comencé a gemir realmente, a sentir que el jugo salía y mancharía mis sábanas. Y mientras los dos acababan en mí, yo acababa fuera de mis pensamientos.


miércoles, 21 de septiembre de 2016

ORGÍA.

Una noche cualquiera, una noche contigo, con ustedes, con todos. Mirando, observando como a mi alrededor todos se tocan, todos se aman de mentira, se rozan, se comen, se corren en bocas, en manos, en cuerpos, en sexos.

Mi cuerpo desnudo y la suave sinfonía de los múltiples gemidos, envuelven el ambiente tenue de cuerpos sudorosos, entrelazados, desnudos. Se escucha el choque, el golpeteo de ambos sexos unidos. Yo solo gimo, y de vez en cuando veo la cabeza rubia que me come con gusto mí entrepierna, su lengua que envuelve cada pliegue de mi sexo, que aprieta con frenesí mí agujero, siento cuando sus dedos se internan, siento como aprieto sus dedos, los hago míos, mi propio dildo mágico, atrapándolo entre jugos, y una fuerza poderosa de mi compuerta al deseo. Con unas ganas locas de retorcerme de placer, de comerle la boca y saborear mi vagina, pero eran más fuertes mis ansías de que me hiciera acabar en su boquita pálida.

Miro mi entorno, es tan estimulante, ver como a la chica le dan en 4, mientras se come otro pene, que otra cabalgue, que dos chicas jueguen con un dildo y sus traseros choquen furiosos, que un chico les lama las tetas tremendas a dos morenas, ver cuando una pequeña chica con cara de inocencia está siendo embestida por chorros de semen, y ella con esa ternura y su lengua afuera trague todo lo que alcanza a caer en su boca.

Me levanto, la tomo con fuerza, y la ajusto en el sillón, un chico me incita a unirme a su juego, nos llama con su pene, me ofrece besarlo. Dejo tirada a la rubia, y me lanzo posesa a su miembro, gruñendo, lamiendo, tragando, y mi dulce rubia se acuesta de espalda y me sigue besando mi sexo, abre mis labios y me viola, me penetra, mis ojos se turban, mis pezones se erectan, y en esa perfecta fotografía fuimos presa del entusiasmo, y el candor de una noche placentera, protagonistas, antagonistas… Lo que deseáramos.

EL ORGASMO

Hoy de la nada me puse a pensar en el ORGASMO MASCULINO. 

Mientras sentada en el sillón me la pasaba haciendo zapping, no fue nada de la tv que me hiciera recordar aquello. En fin, recordé una de las tantas conquistas. Y me resultó bastante excitante una en particular. Sus gemidos. Los hombres. 

Es demasiado excitante cuando un hombre comienza a lanzar estos gemidos tan encantadores, piensan que solamente "acabar" es suficiente. Y realmente no es así, es más el solo hecho de depositar la lujuria en nuestro sexo, no basta para nada. Muchas mujeres necesitamos escuchar. 

Desde cuando nos responderán: Pero si me vine. Y uno queda como ¿Y? Los hombres también fingen. 

Será que tenemos mentalizado que el solo hecho de que "acaben" y que nosotras gritemos de placer, es lo simple y necesario. 

Y entonces recuerdo y es como: ¡Ahhhhh! Escuchar esos sonidos finales acompañados de embestidas, que resultan ser más penetrantes, delirantes, profundas mil cosas mejores que el acto en sí. Y oír su voz, saber que por esos segundos está perdiendo la cabeza por ti. 

Y Dios, eso es realmente excitante. Y, por otro lado, nosotras también somos visuales, integras, quizás es la palabra completa, no todo es previo, tontear, tocar que se yo. A veces solo recordar nos crea espasmos entre las piernas, es como una cosquilla, miras para todos lados sonrojada, pensando que alguien quizás te está mirando. Y ojalá fuera un guapito, porque cuando estamos así, deseamos con locura ser bien folladas. 

En fin, perdí el sentido de lo que estaba hablando, es que divagar trae recuerdos ardientes. Y se siente la piel hirviendo. 

Pero el orgasmo de un hombre, es sin duda la mejor creación. Hacerlos venirse nos da una alegría inmensa, es la confirmación plena del disfrute que uno le da. Por eso hombres es hora de empezar a gemir como bestias, ya verán que bien les va.

viernes, 9 de septiembre de 2016

SEXO ANAL.

Levante bien mi trasero para que pudiera observarlo desde la pequeña lejanía. Una invitación excitante para cualquiera.
Me quede en 4 esperando que se acercara a mí, y comenzará a tocarme.
Escuche que sus pasos se acercaban lentamente, mire por debajo.
 La sonrisa en su boca al verme en esta posición era tremenda.
El trasero es casi como regalar el corazón a alguien. O yo lo tengo muy sobrevalorado.
Pasé una de mis manos y comencé a estimular mi clítoris, contoneando mi culo, y jadeando incesante, esperando que sus manos agarraran mis caderas, que su pene se adentrara por mi agujero, que lo abriera despedazando cada pliegue con su contacto. Sintiéndome virgen.
Seguí estimulando mi pequeño botón, mientras podía sentir su presencia atrás mío.
-Quiero que mires directamente donde me toco.
Observé dentro de lo que pude para cerciorarme de que observaba mi vagina y mi culo.
Mis jugos comenzaron a salir. Metí mi dedo en la hendidura y aproveché el fluido para lubricar mi trasero.
Él acerco su lengua y comenzó a dar pequeñas lamidas saboreando todos mis jugos, sentía el calor de su lengua, el calor de su sexo. Pensaba que le quemaba la boca. Subió hasta mi trasero para lamerlo y penetrarlo.
Yo intente volver a masturbarme mientras él comía mi culo, preparando el inicio.
Se alejó, para enseguida lanzarme varios escupitajos. Sentía como su saliva chorreaba en mi culo y mi sexo.
Me tomo, me puso de frente, y me indico abrir la boca.
Yo comencé a chupar su miembro exquisito que pronto entraría en mi trasero. Lo deje bastante lubricado.
Nuevamente me puse en 4, esperando que entrara, agarro mis caderas. Poco a poco comenzó a ingresar, desgarrando. Era un dolor intenso, me estaba abriendo lentamente, entrando cada vez más. Sentía su tamaño, su piel, mis pliegues que se ceñían, el ardor de mis paredes, sus dedos encajados en mis caderas y sus sutiles gemidos.
Comenzó a meterlo más, siempre lento, con cuidado. Al fin pude sentir un calor en mi cara en sus pensadas embestidas. De mi sexo empezó a brotar el jugo copiosamente. Mis tetas danzaban mientras él me penetraba. Me sentía bien siendo encajada por el culo.
Mis gemidos se presentaron con una mezcla de placer y dolor. Una combinación exquisita. Agarro un montón de mi pelo y lo tiro, me gimió unas palabras.
- ¿Te gusta cómo te doy por el culo?
Yo, entre gemidos le decía: ¡Sí, sí, sí!
- ¿Quieres que te lo llene de leche?
- ¡Sí, por favor! Quiero que acabes en mi culo.
Sentía su pelvis que chocaba con mis nalgas, se volvió un poco más brusco, pero la escena era excitante, mis pechos estaban revoltosos, mis gemidos eran cada vez más altos, su respiración agitada, el sudor, el calor, el ardor, y el abrirme más y más. Toda esa combinación hizo que el descargara toda su lujuria dentro de mí. Se apoyó en mi espalda un momento antes de salir.
-Quiero que observes si se escurre tu jugo por mi agujero.

Me soltó, comenzó a mirar, y yo a sentir como iba saliendo toda su rica leche, recorriendo lento y cayendo de a poco por mi zorrita y mis muslos. 

martes, 6 de septiembre de 2016

UN TROZO ETERNO DE CARNE.

“Soy la mujer de la cual los hombres no se enamoran, soy aquella mujer que los hombres
solo se follan”.

Tampoco es que me importé mucho ser esa clase de chica, no nací para cuentos de hadas y
 príncipes azules, con el papel de esas historias me limpiaba el trasero., y me reía de las
chicas con complejo de princesita, porque eran tan ingenuas, tan iluminadas, tan básicas en
su forma, modo de andar, vestir e actuar. No las odio, siento la misma pena que ellas
 sienten por mí, sin embargo, soy la envidia, jamás ellas podrán disfrutar de los placeres
que la vida me ha entregado, que no tienen nada que ver con una vida corriente, una familia
feliz, una casa grande, el Porsche, un príncipe azul, una casa de niños correteando. Pues, a
esas princesitas les digo, sus hombres las engañan con mujeres como yo, y obtengo más
 orgasmos que mil princesas juntas, que manera de follarme.

Cuando él llega a tu casa y te dice:

- ¡Estoy cansado!

Está cansado, es verdad, pero está cansado de tanto que me hizo gozar.

Yo soy la alegría, tu eres la responsabilidad.

 Yo soy el placer, tu eres la procrear.

Tu eres seria, yo soy indecente.

Yo soy libre, tu estas atada a lo convencional.

Ahora dime: ¿Quién es la esclava?

“Mi nombre no importa mucho, es más indispensable que sepas mi número y donde puedes
Encontrarme”.

París dicen que es un lugar amplio para ser follada, además de estar lleno de recovecos alejados de la especie, donde puedo dar rienda suelta a mis fantasías retorcidas.

Soy odiada lo sé, pero a ¿A quién no le encanta ser odiada? Desde que tengo recuerdos las mujeres no han sido muy amigas de mi temperamento, mi manera de llevar la vida, y de que le gustase a sus “Supuestos chicos”, cuando en verdad yo siempre opte por transformarme en un hombre para pasar desapercibida, no quería que me mirasen con esa libido en los ojos.

Debía cuidarme en mi diario vivir, debía, pero no lo hice, porque ese fuego interior siempre fue el dominante, y pese a ello dejé salir toda la sexualidad de mi tierna edad.

Desde pequeña sentía ese calor que me sofocaba, que con mis manos logre conciliar, hacerme una adicta, era la virgen maría, el macho alfa, era muchas transformaciones de mi esencia, siempre pensaba: ¿Dios, por qué no me hiciste hombre? ¿Por qué tuve que ser mujer tan pequeña? Todas esas hormonas que empezaron a descontrolarse tan chica, la negligencia, la libertad tan amplia, lograron que me convirtiera hoy en la “Puta más deseada”. No considero que llamarse puta sea una mala palabra, si de todas maneras todas las mujeres, incluso las más tradicionales son unas putas en la cama, yo soy la puta de todos, me encanta que me digan: ¡Puta, puta, puta! Es mi profesión ¿O acaso a un ingeniero le molesta que le digan ingeniero?

Siempre divago, me cuesta tanto centrarme cuando cuento mi historia, pero me encanta llenar espacios con nimios comentarios que te saquen de casilla, y te hagan pensar.
Por eso soy la puta más codiciada, porque no me importa ser sucia en la cama, ser sucia en tu pene, ser sucia en tu boca, en tu trasero, en mi cuerpo ¡Me gusta siempre estar muy sucia! Quedarme con el olor, el brebaje de cada cliente, de cada amante, de cada mujer, olerme y saber que soy “SEXO”.

Que exploro cada una de las fantasías que me presentan, quiero hacerlas todas reales. Y en el mundo del sexo en el que me he involucrado. No existen horarios ni pudores. Todo está permitido.