domingo, 2 de octubre de 2016

VIDEOS GAMES.

La conocí por un chat de juegos. Iniciamos conversación por un par de tiempos, hasta que nos agregamos vía telefónica para poder mensajearnos y mandarnos uno que otro audio.
A medida que pasaba el tiempo nuestras conversaciones subieron de tono.
Nos hablábamos sucio, y empezamos a enviarnos fotos calientes.
Donde ella mostraba sus atributos. Sus pechos en poleras con escotes pronunciados.
Solo al ver una foto de ella, mi pene se erectaba.
Ella quería ver al menos en una foto que se pudiera ver lo erecto que se ponía mi pene por sus fotos.
Le mande una foto de lado con el bulto imponente.
La chica al recibir mi foto, me envió una foto solo con sostén.
Yo le pedía más, y ella parecía dispuesta.
Nuestras conversaciones se volvieron más ardientes.
Indicando que haría cada uno al otro.
Recibí otra foto de ella, sin sostén. Pude contemplar sus senos en magnitud desde la mi pantalla celular, deseando poder besarlos y chupar sus pezones.
Sentí la necesidad de sacar mi pene erecto y tomar una foto de esto. Sin antes indicarle que tenía unas tetas grandes que me provocaban chuparlas, meter todo mi pene entremedio de esas tetazas.
Quería ver más, necesitaba masturbarme. Necesitaba más estimulación. Le pedí un pequeño video tocándose.
Ella me pidió un momento.
Esos minutos fueron una eternidad, hasta que el video se estaba cargando.
Lo abrí, con una mano tomaba el cell y con la otra me pajeaba mientras veía a la chica tocarse los pechos ansiosa y golosa.
Me texteo que enviara un video de cómo me tocaba por ella.
Me acosté en la cama, enfocando mi pene y mi mano que masturbaba mi pene duro. Se lo envíe y me dijo: Me encantaría que ese pene se metiera en una parte de mi cuerpo.
Espere varios minutos hasta que otro video de ella en cuatro en una cama, masturbándose duro, podía ver su sexo en la pantalla de mi celular. Mientras la observaba mi mano se volvió compulsiva.
Se escucha los múltiples gemidos, como su vagina se iba mojando mediante a una estimulación agresiva, y sonaba exquisita su voz desde mi móvil.
Me texteo: quiero ver cuando te corras.
Termine de ver el video en que la hermosa chica se corría. Rápidamente comencé a grabar el inicio de mi eyaculación, el líquido me chorreo las manos y se lo envíe.
Ella me envío caritas de alegría.

Ambos terminamos satisfechos de nuestro intercambio de videos. 

JUEGO DE CARTAS.

Éramos múltiples parejas de conocidos y desconocidos que se juntaron en una casa para jugar.
La carta más alta con la más baja debía comenzar a tocarse e iniciar cuando se les antojara.
Si a alguien le tocaba un comodín, podía escoger 2 personas para iniciar un trío.
Me tocaba sacar a mí, afortunadamente saque el comodín.
Escogí a una chica pelirroja y un hombre guapo moreno.
Mientras los otros seguían sacando cartas y haciendo parejas. Nosotros nos miramos inmediatamente con un deseo ansioso.
La chica pelirroja que solo llevaba un short y una polera que enmarcaba sus pechos lozanos se lanzó hacía a mí y metió toda su lengua por mi boca. La sentía en mi garganta, sus manos se clavaron en mis pechos manoseando con júbilo. No tardo en incorporarse el chico moreno, sacando su miembro y ofreciendo a nuestras bocas lamerlo y chuparlo.
Nosotras como dos gatitas en celo nos acercamos gateando hasta su gran pene.
Nuestras lenguas se cruzaban, cada una chupaba a ratos e intercambiamos besos con la pelirroja de senos protuberantes.
Nos levantamos, le quite la polera y ella a mí el vestido.
Le quite el sostén y sus pechos cayeron llenos en mis manos, mordisquee sus pezones, metí mi cara entremedio de ellos, ahogándome con el aroma y la cantidad. Saboree.
Ella inyecto sus manos en mis tetas. Comenzamos a besarnos, chocando nuestros cuerpos. Le quite el short, y me encontré con una vulva fina y rosada. Me tente a pasar lento mis dedos.
El chico se acercó a nosotras presionando un dedo en nuestros culos, obligándonos a chocar nuestras pelvis constantemente.
Otros dedos se introdujeron en nuestras vaginas. Nuestras lenguas se observaban haciendo el intento de tocarse. Gemíamos.
Mire a mi alrededor y ya todas las parejas estaban. Muchos habían comenzado a follar, tetas saltaban, penes se metían, sudores, gemidos y aromas envolvían la habitación que cada vez subía de temperatura, y nosotros éramos el trío afortunado.
El chico se posiciono atrás mío y me obligo a apoyar mis manos en el suelo. Escuche el escupo en su mano y luego pasar por mi vagina. Ingreso todo su sexo en mi zorra y el palmoteo de su pelvis y mis nalgas se hizo sonar.
Le indique a la pelirroja que se acostara, la tome de las caderas y acerque su vulva rosada en mis labios, saque mi lengua y velozmente comencé a lamer. Chupe sus pliegues y los mantuve fuerte en mi boca. Soltaba, y otra vez.
El chico me follaba duro y golpeaba mis nalgas. Tiraba de mi pelo para escuchar mis gemidos que apagaba en el sexo de la chica.
Me soltó el dulce, me puso de espaldas al suelo, agarro mis piernas cada una a un costado a la altura de sus costillas. Y la chica se sentó en mi cara, quede embadurnada de todos sus jugos que caían por toda mi boca y presione con mi lengua su hendidura.
Abría mi boca para escapar un gemido atrapado por la vagina de la pelirroja.
La chica inicio el bamboleo, estaba a punto de venirse en mi cara.
Las penetraciones del chico se hicieron potentes.

La chica se corrió en mi boca, y el chico se corría en mi zorra. 

TOY GIRL.

Me sentía como un gran trozo de carne en esa habitación vacía, atada las manos con cordeles, y el sentimiento de que algo iba a suceder en cualquier momento.
Alenté a mis sentidos a estar más despiertos para que pudieran comprobar si las voces se acercaban. Las voces de mis sádicos, me sentía la esclava más sexual del momento, dispuesta a todo, cubierta de deseos por ser estrangulada con sus sexos.
Engordar la lujuria con sus dotes preciados que en cualquier instante entrarían erectos por el túnel que podían divisar mis ojos.
Mi vagina se calentaba con solo sentir la curiosidad que albergaba el vacío lugar. La ansiedad se hacía insolente, el temor se hacía presa de mi ardor.
 Por mis brazos no podía circular la sangre.
Mis piernas las mantenía cruzadas impidiendo que el líquido se derramara por mis muslos, quería conservarlo para cuando los indicados ingresaran.
En este mundo es muy fácil conseguir realizar nuestras fantasías. Pensaba.
Te encuentras con las personas correctas, y puedes dar rienda suelta a lo que se te ocurra.
Solo debes dejar de escuchar el miedo, la vergüenza y la inseguridad. Lanzarte como diabla a cumplir tus más sórdidas fantasías.
Y es así como hoy me encuentro aquí. Desperté en este lugar.
Anteriormente recordé risas, vendas, sonidos, el encender de un motor. Las ininteligibles conversaciones. La curiosidad me llevo aquí, pero también el querer cumplir lo deseado.
Solo quería que comenzara la función. Sin embargo, esta tardanza provocaba uno de los sentimientos más insoportables “La desesperación” que hoy era exquisita amiga de mi realización.
Escuche pronto las presencias. Se acercaban.
Mire al frente y como yo esperaba los penes comenzaron a entrar por fila. En este juego sado, solo veía el objeto, los objetos que usarían para sodomizarme.
Las burlas, las risas, las palabras que me alentaban a sentirme como una puta resonaban en mis oídos. Abrí un poco más las piernas para que pudieran contemplar lo mojada que me encontraba. Este era mi recibimiento a sus miembros hambrientos.
Una de las manos agarro mi cuello, y lo apretó fuertemente.
Otros 2 comenzaron a manosearme y escupirme en la cara llamándome “Zorra”.  No sabía cómo me excitaba la situación que me estaban brindando.
Uno último introdujo en mi vagina rápidamente unas bolas chinas. Una a una mientras yo me quejaba.
-¡Te quejas, zorra! Eso que ni siquiera hemos empezado, esto es solo el inicio, perra.
Me golpeo la cara a mano abierta. Sentí el calor sonoro en mi mejilla. Me ardía y me humedecía al mismo tiempo. Quería recibir más.
Rogué, chille por más.
Solo se reían.
El que me había acariciado la mejilla. Ingresaba dos dedos embadurnados en mí culo. Comencé a gemir mientras mordisqueaban mis pezones, los tiraban queriendo romperlos.
Querían rasgarme por todos lados. Me sentía bendecida por tan exquisito momento.
Me sellaron la boca amarrando un instrumento que ingresaron en ella. Amarrada, penetrada, y sin poder gemir me encontraba sintiendo la satisfacción más grande mi vida.
Los escupitajos llenaron todo mi cuerpo, quitaron las bolas de mi sexo, los dedos de mi culo y me soltaron las amarras.
Uno de ellos se acostó debajo de mí, y otro se posiciono en mi delantera, mientras que un tercero quito el artefacto, e introducía de lleno su pene en mi boca. Y en esa posición uno de ellos lentamente metió su pene en mi trasero, otro en mi vagina y estaba siendo penetrada por todos mis orificios.
El cuarto grababa el momento desde abajo podía observar su pene erecto.
Mi expresión era de un dolor satisfactorio.
Mis ojos llorosos codiciaban los penes que me eran entregados. Adoraba que este momento fuese documentado.
Sus penes comenzaron a ingresar violentos y la lluvia de semen comenzaban, todos dejaron de penetrarme y lanzaron sus líquidos en mi cuerpo. Acompañado de insultos y escupitajos.
-Toma perra, ensuciate de toda nuestra leche.
Abrí la boca gloriosa intentando agarrar el semen que saltaba por chorros en mí.

Mi cuerpo cubierto por su explosión sonreí a la cámara. 

lunes, 26 de septiembre de 2016

BUKKAKE

Me pasaba noches en ensoñaciones, mientras posaba una de mis manos mi fantasía principal era estar rodeada de un montón de hombres. Principalmente que olvidaba traer dinero para pagar un taxi, y le ofrecía al hombre aquel pagar con una buena mamada, y encontrarme con la sorpresa de que él tenía planeado hacerme costear la deuda con creces.
Yo estaba en el taxi bajándome la ropa interior, intentando ubicarme como fuera en ese pequeño asiento en 4 para que el pudiera contemplar mi hermoso sexo cuando manejaba, y en las luces rojas pasar su dedo para toquetear algo, sentir de a poco una excitación increíble, el sentir que tu vagina se va mojando y su dedo intruso inspeccionando mi gloriosa zorrita hasta llegar un punto de no poder aguantarme más, darme la vuelta, bajarle la cremallera y meter toda mi boca en ese bulto erecto que me ofrecía.
Con mucha dificultad iba manejando debido a mis constantes mamadas, de vez en cuando corría mi pelo y yo intentaba mirarlo a los ojos en esa posición incómoda, los ojos me brillaban de lujuria.
-Chica, lo haces estupendo, pero quiero informarte que la paga por tu ida a la casa no será solo una buena mamada. Te llevare a un lugar.
Solté el dulce. Y lo mire con signo de interrogación.
-Te llevare con mis amigos, porque quiero que ellos tengan la fortuna de que se las chupes como a mí.
Mis ojos se llenaron de alegría, no sé si era efecto del alcohol o qué, pero asentí con la cabeza y comencé a comerme su pene otra vez.
- ¡Descansa! Lo vas a necesitar.
Me acomode en mi asiento con un nerviosismo y una calentura inexplicable. Las bragas me las quite y guarde en mi cartera.
Llegamos a un lugar alejado y oscuro, pude divisar a unos cuantos hombres que fumaban junto a sus autos.
El tipo bajo y les indico algo, todos miraron en dirección al taxi donde me encontraba jadeante, esperanzada.
El tipo volvió y 3 hombres se sentaron en la parte trasera del auto. Y uno al lado de mi puerta me toco el vidrio. el otro tipo bajo la ventana y ante mis ojos se presentó un pene lánguido que tomé con mis manos y comencé a saborear inmediatamente. El otro, me metió mano y comenzó a estimular mi clítoris, mis pezones se erectaron, levante más la cola para que su dedo explorara toda mi vagina.
Los otros tres miraban la escena, no tardaron en sacar sus penes y masturbarse. Escuchaba el palmoteo, mi boca llena, mi vagina jugosa por dos dedos en mi hendidura.
Uno de ellos me quito el vestido y el sostén. Quede en pelotas.
Me puso entre medio de los dos asientos con el trasero levantado, y un pene se introdujo de golpe en mi vagina, agarro mis caderas y yo les jadeaba a los de la parte trasera. Ellos al ver esta escena de mis tetas danzando por las embestidas, mi boca abierta gimiente, no tardaron mucho en tomarme la cabeza e ir chupando uno a uno sus penes.
El calor ascendió, los vidrios se empañaron y yo me sentía llena.
Pensaba esto mientras iba llegando al clímax máximo fuera de mi fantasía. Múltiples imágenes de ser follada, de chupar, de una mano que estimulaba mi clítoris, tocaban mis pechos y pronto venía el momento culmine.
Uno no aguanto, acercó su pene a mi boca y la lleno de leche. Corría por mi boca.
Mi cara estaba roja. El sudor caía por todo mi cuerpo, y a su vez se escuchaba el chocar de la pelvis del hombre en mis nalgas.
Se volvió más violento, otro agarro mi cara y me la lleno de más semen. Faltaban solo 3 que acabaran.
El que me follaba comenzó a moverse más violento, una sonrisa se dibujó en mi cara porque sabía que venía el momento de que acabara dentro de mí.
Chorreante por la boca, por mi sexo, otro más ingreso en mí y me follo demoníaco. Su pene duro entro lentamente. Y el último tomó mi cabeza para que terminara el trabajo.
Chupé como pude, el tipo sostuvo mi pelo. Y empujaba mi cabeza para que entrara por completo su miembro gordo.
Y con esa imagen, fuera de mi fantasía, fui sintiendo el clímax. Mezclando la excitación que me causaba ver esta escena, y mi mano en mi clítoris. Comencé a gemir realmente, a sentir que el jugo salía y mancharía mis sábanas. Y mientras los dos acababan en mí, yo acababa fuera de mis pensamientos.


miércoles, 21 de septiembre de 2016

ORGÍA.

Una noche cualquiera, una noche contigo, con ustedes, con todos. Mirando, observando como a mi alrededor todos se tocan, todos se aman de mentira, se rozan, se comen, se corren en bocas, en manos, en cuerpos, en sexos.

Mi cuerpo desnudo y la suave sinfonía de los múltiples gemidos, envuelven el ambiente tenue de cuerpos sudorosos, entrelazados, desnudos. Se escucha el choque, el golpeteo de ambos sexos unidos. Yo solo gimo, y de vez en cuando veo la cabeza rubia que me come con gusto mí entrepierna, su lengua que envuelve cada pliegue de mi sexo, que aprieta con frenesí mí agujero, siento cuando sus dedos se internan, siento como aprieto sus dedos, los hago míos, mi propio dildo mágico, atrapándolo entre jugos, y una fuerza poderosa de mi compuerta al deseo. Con unas ganas locas de retorcerme de placer, de comerle la boca y saborear mi vagina, pero eran más fuertes mis ansías de que me hiciera acabar en su boquita pálida.

Miro mi entorno, es tan estimulante, ver como a la chica le dan en 4, mientras se come otro pene, que otra cabalgue, que dos chicas jueguen con un dildo y sus traseros choquen furiosos, que un chico les lama las tetas tremendas a dos morenas, ver cuando una pequeña chica con cara de inocencia está siendo embestida por chorros de semen, y ella con esa ternura y su lengua afuera trague todo lo que alcanza a caer en su boca.

Me levanto, la tomo con fuerza, y la ajusto en el sillón, un chico me incita a unirme a su juego, nos llama con su pene, me ofrece besarlo. Dejo tirada a la rubia, y me lanzo posesa a su miembro, gruñendo, lamiendo, tragando, y mi dulce rubia se acuesta de espalda y me sigue besando mi sexo, abre mis labios y me viola, me penetra, mis ojos se turban, mis pezones se erectan, y en esa perfecta fotografía fuimos presa del entusiasmo, y el candor de una noche placentera, protagonistas, antagonistas… Lo que deseáramos.

EL ORGASMO

Hoy de la nada me puse a pensar en el ORGASMO MASCULINO. 

Mientras sentada en el sillón me la pasaba haciendo zapping, no fue nada de la tv que me hiciera recordar aquello. En fin, recordé una de las tantas conquistas. Y me resultó bastante excitante una en particular. Sus gemidos. Los hombres. 

Es demasiado excitante cuando un hombre comienza a lanzar estos gemidos tan encantadores, piensan que solamente "acabar" es suficiente. Y realmente no es así, es más el solo hecho de depositar la lujuria en nuestro sexo, no basta para nada. Muchas mujeres necesitamos escuchar. 

Desde cuando nos responderán: Pero si me vine. Y uno queda como ¿Y? Los hombres también fingen. 

Será que tenemos mentalizado que el solo hecho de que "acaben" y que nosotras gritemos de placer, es lo simple y necesario. 

Y entonces recuerdo y es como: ¡Ahhhhh! Escuchar esos sonidos finales acompañados de embestidas, que resultan ser más penetrantes, delirantes, profundas mil cosas mejores que el acto en sí. Y oír su voz, saber que por esos segundos está perdiendo la cabeza por ti. 

Y Dios, eso es realmente excitante. Y, por otro lado, nosotras también somos visuales, integras, quizás es la palabra completa, no todo es previo, tontear, tocar que se yo. A veces solo recordar nos crea espasmos entre las piernas, es como una cosquilla, miras para todos lados sonrojada, pensando que alguien quizás te está mirando. Y ojalá fuera un guapito, porque cuando estamos así, deseamos con locura ser bien folladas. 

En fin, perdí el sentido de lo que estaba hablando, es que divagar trae recuerdos ardientes. Y se siente la piel hirviendo. 

Pero el orgasmo de un hombre, es sin duda la mejor creación. Hacerlos venirse nos da una alegría inmensa, es la confirmación plena del disfrute que uno le da. Por eso hombres es hora de empezar a gemir como bestias, ya verán que bien les va.

viernes, 9 de septiembre de 2016

SEXO ANAL.

Levante bien mi trasero para que pudiera observarlo desde la pequeña lejanía. Una invitación excitante para cualquiera.
Me quede en 4 esperando que se acercara a mí, y comenzará a tocarme.
Escuche que sus pasos se acercaban lentamente, mire por debajo.
 La sonrisa en su boca al verme en esta posición era tremenda.
El trasero es casi como regalar el corazón a alguien. O yo lo tengo muy sobrevalorado.
Pasé una de mis manos y comencé a estimular mi clítoris, contoneando mi culo, y jadeando incesante, esperando que sus manos agarraran mis caderas, que su pene se adentrara por mi agujero, que lo abriera despedazando cada pliegue con su contacto. Sintiéndome virgen.
Seguí estimulando mi pequeño botón, mientras podía sentir su presencia atrás mío.
-Quiero que mires directamente donde me toco.
Observé dentro de lo que pude para cerciorarme de que observaba mi vagina y mi culo.
Mis jugos comenzaron a salir. Metí mi dedo en la hendidura y aproveché el fluido para lubricar mi trasero.
Él acerco su lengua y comenzó a dar pequeñas lamidas saboreando todos mis jugos, sentía el calor de su lengua, el calor de su sexo. Pensaba que le quemaba la boca. Subió hasta mi trasero para lamerlo y penetrarlo.
Yo intente volver a masturbarme mientras él comía mi culo, preparando el inicio.
Se alejó, para enseguida lanzarme varios escupitajos. Sentía como su saliva chorreaba en mi culo y mi sexo.
Me tomo, me puso de frente, y me indico abrir la boca.
Yo comencé a chupar su miembro exquisito que pronto entraría en mi trasero. Lo deje bastante lubricado.
Nuevamente me puse en 4, esperando que entrara, agarro mis caderas. Poco a poco comenzó a ingresar, desgarrando. Era un dolor intenso, me estaba abriendo lentamente, entrando cada vez más. Sentía su tamaño, su piel, mis pliegues que se ceñían, el ardor de mis paredes, sus dedos encajados en mis caderas y sus sutiles gemidos.
Comenzó a meterlo más, siempre lento, con cuidado. Al fin pude sentir un calor en mi cara en sus pensadas embestidas. De mi sexo empezó a brotar el jugo copiosamente. Mis tetas danzaban mientras él me penetraba. Me sentía bien siendo encajada por el culo.
Mis gemidos se presentaron con una mezcla de placer y dolor. Una combinación exquisita. Agarro un montón de mi pelo y lo tiro, me gimió unas palabras.
- ¿Te gusta cómo te doy por el culo?
Yo, entre gemidos le decía: ¡Sí, sí, sí!
- ¿Quieres que te lo llene de leche?
- ¡Sí, por favor! Quiero que acabes en mi culo.
Sentía su pelvis que chocaba con mis nalgas, se volvió un poco más brusco, pero la escena era excitante, mis pechos estaban revoltosos, mis gemidos eran cada vez más altos, su respiración agitada, el sudor, el calor, el ardor, y el abrirme más y más. Toda esa combinación hizo que el descargara toda su lujuria dentro de mí. Se apoyó en mi espalda un momento antes de salir.
-Quiero que observes si se escurre tu jugo por mi agujero.

Me soltó, comenzó a mirar, y yo a sentir como iba saliendo toda su rica leche, recorriendo lento y cayendo de a poco por mi zorrita y mis muslos. 

martes, 6 de septiembre de 2016

UN TROZO ETERNO DE CARNE.

“Soy la mujer de la cual los hombres no se enamoran, soy aquella mujer que los hombres
solo se follan”.

Tampoco es que me importé mucho ser esa clase de chica, no nací para cuentos de hadas y
 príncipes azules, con el papel de esas historias me limpiaba el trasero., y me reía de las
chicas con complejo de princesita, porque eran tan ingenuas, tan iluminadas, tan básicas en
su forma, modo de andar, vestir e actuar. No las odio, siento la misma pena que ellas
 sienten por mí, sin embargo, soy la envidia, jamás ellas podrán disfrutar de los placeres
que la vida me ha entregado, que no tienen nada que ver con una vida corriente, una familia
feliz, una casa grande, el Porsche, un príncipe azul, una casa de niños correteando. Pues, a
esas princesitas les digo, sus hombres las engañan con mujeres como yo, y obtengo más
 orgasmos que mil princesas juntas, que manera de follarme.

Cuando él llega a tu casa y te dice:

- ¡Estoy cansado!

Está cansado, es verdad, pero está cansado de tanto que me hizo gozar.

Yo soy la alegría, tu eres la responsabilidad.

 Yo soy el placer, tu eres la procrear.

Tu eres seria, yo soy indecente.

Yo soy libre, tu estas atada a lo convencional.

Ahora dime: ¿Quién es la esclava?

“Mi nombre no importa mucho, es más indispensable que sepas mi número y donde puedes
Encontrarme”.

París dicen que es un lugar amplio para ser follada, además de estar lleno de recovecos alejados de la especie, donde puedo dar rienda suelta a mis fantasías retorcidas.

Soy odiada lo sé, pero a ¿A quién no le encanta ser odiada? Desde que tengo recuerdos las mujeres no han sido muy amigas de mi temperamento, mi manera de llevar la vida, y de que le gustase a sus “Supuestos chicos”, cuando en verdad yo siempre opte por transformarme en un hombre para pasar desapercibida, no quería que me mirasen con esa libido en los ojos.

Debía cuidarme en mi diario vivir, debía, pero no lo hice, porque ese fuego interior siempre fue el dominante, y pese a ello dejé salir toda la sexualidad de mi tierna edad.

Desde pequeña sentía ese calor que me sofocaba, que con mis manos logre conciliar, hacerme una adicta, era la virgen maría, el macho alfa, era muchas transformaciones de mi esencia, siempre pensaba: ¿Dios, por qué no me hiciste hombre? ¿Por qué tuve que ser mujer tan pequeña? Todas esas hormonas que empezaron a descontrolarse tan chica, la negligencia, la libertad tan amplia, lograron que me convirtiera hoy en la “Puta más deseada”. No considero que llamarse puta sea una mala palabra, si de todas maneras todas las mujeres, incluso las más tradicionales son unas putas en la cama, yo soy la puta de todos, me encanta que me digan: ¡Puta, puta, puta! Es mi profesión ¿O acaso a un ingeniero le molesta que le digan ingeniero?

Siempre divago, me cuesta tanto centrarme cuando cuento mi historia, pero me encanta llenar espacios con nimios comentarios que te saquen de casilla, y te hagan pensar.
Por eso soy la puta más codiciada, porque no me importa ser sucia en la cama, ser sucia en tu pene, ser sucia en tu boca, en tu trasero, en mi cuerpo ¡Me gusta siempre estar muy sucia! Quedarme con el olor, el brebaje de cada cliente, de cada amante, de cada mujer, olerme y saber que soy “SEXO”.

Que exploro cada una de las fantasías que me presentan, quiero hacerlas todas reales. Y en el mundo del sexo en el que me he involucrado. No existen horarios ni pudores. Todo está permitido. 

lunes, 22 de agosto de 2016

DIOSA

Sus pechos se balanceaban sobre mi cara, su vagina la sentía tan apretada, tan mojada, que el solo meterla se escuchaba el palmoteo, de mi verga en su estrecha conchita.

Gemía como poseída (En esos momentos uno se pregunta. ¿De verdad lo estaré haciendo tan bien? Solo un segundo) Porque ya era bastante estimulante que chillara como endiablada, sentía cada vez que se tensaba.

Gritaba.
 su cara cada vez más distorsionada, sus ojos en blanco.

-¡Dame unas nalgadas! Me agarra la mano y hace ademán de que la golpee.

Le planto unos buenos cachetazos en el culo tremendo que saltaba en mis muslos.

-¡Dime cosas sucias! Gimiendo.

- ¿Eres mi puta? ¿Te gusta ser mi puta?

- ¡Sí, sí! Quiero me la llenes de leche, quiero todo tu semen en mi zorrita, quiero sentir cuando te vienes y me lo metes más rápido, y duro.

Solo escuchar a una mujer que diga esas cosas, provoca en tu cerebro un deseo gigante por cumplir con sus deseos. Estas entre el acabar pronto, y el durar más para no quedar como un precoz, pero sus pechos, sus gemidos, sus palabras sucias, las palmadas en el trasero. La di vuelta, la puse en 4 y se lo metí de una. Agarrando sus caderas fuertemente, escuchando entre gemidos que la llenara, sin más, sintiendo que la sangre me hervía, solté el chorro, me quede acostado en su espalda escuchando sus jadeos, hasta que finalmente me despegue, me quede contemplando como brotaba de su zorra mi líquido.

martes, 16 de agosto de 2016

SOY CARNE.


Soy apetitosa, soy ardiente, soy fogosa, soy, soy...soy
Eres caliente, eres rica, eres exquisita, eres deliciosa, eres…
Todo eso soy, todo eso creo ser. 
No hay amor en este sitio, ni en mi corazón. 
para que amar amores infames deseosos de probar mi carne. 
Entonces, decidí solo ser un pedazo de carne, el más exótico e inigualable, 
Ya no quiero escuchar la dulzura, 
Hace tiempo dejo de ser dulce esto, 
Mi carne es tierna, 
pero mi ser se ha vuelto un villano. 
llevo puesta la coraza, pero no entiendo que protejo si el corazón ya lo perdí. 
Me volví una esclava del sexo animal, salvaje...violento.
No me acaricies tiernamente, 
la dulzura es para el amor, 
la fiereza es para el sexo. 


Soy carne, simplemente eso. 
Solo quiero ser poseída por un centenar de hombres hambrientos y sedientos por probar mi cuerpo. 
Creo que nunca podré saciarme, una vez que entro al juego no quiero que termine esta fantasía en la que yo soy la protagonista principal, 
Quiero que se enfoquen solo en mi deseo me coman lento y rápido. 
Rápido, rápido, rápido. 
Porque me regenero.
Miro como se alimentan de mis orgasmos, 
Miro como se alimentan cuando me corro en sus bocas, 
Admiro como saborean cada pedazo de mí. 
Simplemente soy carne, 
Dispuesta a ser lamida, mordida, INTERMINABLE. 
Eres tentadora, eres atractiva, eres sensual, eres fuego...
Soy irresistible, soy insaciable, soy infinita...SOY SOLO UN TROZO INFINITO DE CARNE.

lunes, 1 de agosto de 2016

MI PRIMER TRABAJO SEXUAL.

Después de esto, lloré mucho mirando el sucio dinero ganado. Lo contemple largo rato con los ojos llorosos.
Mi vida estaba siendo una miseria anteriormente, deseaba tanto ser independiente, soñando alto, con la esperanza de que después de salir de mi carrera, ir a la ciudad de las grandes oportunidades podría tener la vida que tanto había soñado.
Hasta que me vi atrapada, sin comer, sin poder alquilar algo. Poco a poco se van rompiendo los sueños, ves la realidad en tu cara y busques un diferente camino, y por lo que vi no es un camino fácil.
Esta fue la primera vez que lo hice, y no sabía si volvería a hacerlo. Me decían que la sensación de suciedad que sentías al principio se iba pasando a medida que te adentrabas más en esta vida.
Yo me sentía muy vacía.
Por un largo tiempo un tipo me acosaba ofreciéndome dinero por acostarse conmigo, lo que yo quisiese, y yo muy orgullosa, altanera me negué por completo, hasta incluso lo bloquee de mi celular para que no siguiera instigándome.
Era un tipo bastante mayor, unos 58 años, separado, adoraba a las jovencitas. Al parecer estaba acostumbrado a cosas de este tipo, y muchas deben haber aceptado impulsadas por lo bien que pagaba.
Y un día hoy, sucedió que me vi desesperada, y me contacté con él, con mucha ansiedad, confusión lo llamé.
- ¡Hola! ¿Cómo estás?
- Hola, pequeña ¡Muy bien! Curioso que me llamaras, te demoraste en pensar, siempre tuve la esperanza que aparecerías aceptando mi oferta. ¿Cómo estás?
- ¿Qué te hace pensar que es por eso?
- ¿Para qué otra cosa me llamarías? ¿Para cotillear? Lo dudo.
- Bueno, si es verdad. Te llame por esa oferta que siempre me hacías. Estoy dispuesta.
- Huelo un poco la desesperación, y cuando huelo eso, creo que el precio baja.
-Entonces, no. Adiós.
- ¡Espera, espera! Es una broma, pagaré lo último que te había ofrecido. Tú lo vales, tienes unas tetas que me ponen muy duro.
-¡Aja! Me mordí la lengua para no decirle lo que pensaba, que era un degenerado abusador de jovencitas.
-Ahora que me estás diciendo que quieres, tengo la pija a mil. De hecho, la estoy empezando a sacar de mi pantalón para tocarla mientras escucho tu vocecita dulce. Si tan solo vieras lo gorda y grande que es, te relamerías.
-¡Sí, claro! Suspire.
-Entonces ¿Cuándo quieres?
-No sé, cuando tengas tiempo.
-No te noto muy alegre con la decisión que has tomado, pero no necesito que estés tan dispuesta. Al final te va a terminar gustando esto que has optado, y ganaras buen dinero. Si me gusta tu vaginita, puede que siga pidiendo tus servicios.
- ¡Ah, sí claro! Tenía unas ganas tremendas de cortarle el teléfono, y declinar de esta locura.
-Puedo hoy en la noche.
- ¿Hoy mismo?
-¡Claro! He esperado mucho por este momento, y pasa que está noche estoy libre para ti, ricura. Tengo unas ganas locas de metértelo todo. Abrirte bien la vagina y pasarle toda mi lengua hasta que sueltes todo ese juguito rico que me encanta de las chicas. Quiero que me empapes la cara ¿Qué dices? Mi pene está muy duro, hasta ya se puede apreciar en la punta el líquido.
-Lo haremos con condón.
-Puedo pagar más por hacerlo sin condón, bonita. Tengo todos mis exámenes al día, te los puedo mostrar, y yo creo que tu estas limpiecita.
-No, debe ser con seguridad.
-¡Bueno, como quieras! Después querrás que te llene de lechita, te pagaría un buen fajo de dinero por eso.
- ¿Cuánto?
- El doble de la oferta.
-¡Acepto! Me debes mostrar que estás limpio.
-¡Claro, claro! Ya vas a ver que te llenare completita. Estoy como un grifo, tengo los huevos repletos. Hace tiempo que no me follo a una chica, he estado muy ocupado.
- ¡Entiendo! ¿A qué hora?
- Te espero a eso de las 22:00 hrs, te envió la dirección en un mensaje.
- ¡Ok! Nos vemos hoy a esa hora, espero la dire ¡Adiós!
Al poco tiempo me llego un mensaje con la dirección. Aun podía arrepentirme, pero ya había decidido juntarme con el viejo asqueroso por una suma estratosférica de dinero, que al menos me ayudaría en este mal momento, a salir de unas cuantas deudas.
Me aliste, me puse ropa interior a juego, color rojo sangre, el portaligas, el vestido corto y los tacos altos, una chaqueta larga que cubriera mis pudores, y salí a tomar el metro.
Camino a casa del viejo verde, iba pensando, muchas veces al abrir las puertas estuvo a punto de salir arrancando. Pensaba: la primera vez me va a costar, solo la primera vez.
Tampoco pensaba hacerlo para siempre, solo era por apuro. Cogí valor, bajé en la estación indicada e hice la caminata de la vergüenza hasta el apartamento del tipo.
Era un apartamento de todo un piso, toqué el timbre, vi la cámara observarme, y la puerta se abrió.
Entre, sin que nadie me recibiera, cuando a lo lejos veo el humo de un puro, un vaso de whisky a las rocas en un posavasos, y de a poco voy divisando la figura del viejo repugnante, que me recibe con una sonrisa larga, prolongada, y un brillo en los ojos.
-¡Ven! Se golpea una pierna.
Voy dando pasos lentos.
- ¡Siéntese en mi pierna!
- Primero me pagas.
Me indico con un dedo un sobre en una mesita, lo tomé, lo guardé en mi cartera.
- ¿Debo quitarme la ropa y ya?
-No, ven a sentarte en mi pierna.
Me senté en su pierna intentando hacer al menos una mueca de sonrisa, el soltó el puro, y comenzó a acariciarme la cabeza.
- ¡Bien, Srta.! Me encanta tu carita, tienes una dulzura que excita a cualquiera.
- ¿Podemos hacer esto rápido, por favor?
- Pague una suma tremenda por ti, lo vamos a hacer a mi manera.
Me tendió la copa, yo la bebí al seco.
-Así puedes entrar un poco en confianza, y no ponerme esa cara de amargada.
-Sírveme más.
- Ve a servirte tú misma, lo que quieras, cuanto quieras. Lo que te haga sentir un poco más cálida.
Me dirigí al bar, no sin antes sentir una palmada sonora en mi trasero. Tome la botella de whisky, me la empine y tome varios sorbos. Lentamente comencé a sentirme más mareada, tome unos sorbos más y el viejo me llama haciendo ademán a que tome asiento nuevamente en su pierna.
-¡Bien! Me pasa la lengua por el cuello.
Me quita la chaqueta de a poco, y me dice que me levante.
Me levanto.
-Ahora, tírate al suelo. Ponte en cuatros para mí.
Mire para todos lados, me tire al suelo y me puse en esa posición.
- ¡Que lindas braguitas traes para mí, Isis! Ese es mi color preferido. ¿Qué comes que adivinas? Abre tus piernas.
Le hice caso, y las abrí un poco. No me contentaba la idea de tener que estar en esa posición.
Escuché el crujir de la silla, y sentí su presencia, su respiración agitada. Se agacho, y comenzó a moverse lascivamente en mi trasero. Poso una de sus manos en mis ligas y las tiro, luego de a poco fue quitándome el vestido, y quede en ropa interior.
Su mano comenzó a palpar mi entrepierna. Mi cara era una mezcla de asco y frustración.
-Necesito más alcohol, por favor.
Se levantó, me puso la botella delante, tomé varios sorbos, y mi cabeza ya daba vueltas, sentí mis mejillas rojas por el efecto del alcohol. Ya casi no sentía la indecencia que me producía, la repulsión.
El tipo nuevamente comenzó a mover su pelvis para adelante y para atrás, sentía su enorme paquete en mi trasero. Paso una de sus manos a mi sexo, me corrió un poco la ropa y lentamente empezó a introducir uno de sus dedos gordos en mi clítoris. Lo estimulo por un largo rato, luego metió uno de sus dedos en mi hendidura profundamente. Yo chille un poco al principio. El alcohol se me había subido a la cabeza de un modo que sentía una confusión tremenda, era una lucha interna por no sentir placer por esa repulsión de ser humano, y un leve placer por el dedo en mi vagina.
- ¡Oh, te estas mojando, bonita!
Acerco su horrenda y velluda cara a la mía, me lengüeteo gran parte de la cara.
-Tengo una lengua grande que con gusto te la voy a pasar por tu zorra.
Bruscamente me bajo la ropa interior, se acostó en el suelo, agarro mis caderas y bajo mi pelvis a su cara, comenzó a lamerme. Mis piernas temblaban, miraba para todos lados sin saber qué hacer.
Soltó mi vulva un momento y dijo:
-En este momento puedes gemir de mentira, por favor.
Comencé a suspirar bajo, sentía su lengua en mi sexo, me repugnaba.  Presionaba con la punta en mi hendidura. Luego, me subía y bajaba. Su lengua la podía sentir cuando me bajaba.
Se salió y se levantó.
-Ahora date vuelta, quiero que te abras para mí.
Me di vuelta, abrí un poco mis piernas.
- ¡Ábrelas más!
Le hice caso y las abrí lo que más pude.
-Ahora pon tus manos en tu zorra y ábrela lo más que puedas para mí.
Puse mis manos temblorosas, y abrí mi sexo.
Él se acercó como un gato a mirarla, paso un dedo y la escupió.
Se hincó, y lentamente fue abriendo su cremallera, dejando salir un arrugado miembro erecto.
Comenzó a masturbarse.
- ¡Ohh, mantente así!
Me sentía muy avergonzada mostrándole mi vagina tanto tiempo.
La cara del viejo era grotesca, tenía la lengua afuera mientras se pajeaba.
-Ahora quiero que lo chupes, debe estar bien mojado para que no te duela tanto ¿No ves lo grande que es? Te voy a partir la zorrita, pequeñita Isis.
Acerqué mi boca a su pene, pasé mi lengua.
-Quiero que me mires cuando me lo chupes.
Comencé a lamerle sin dejar de mirarlo.
-Me encanta esa carita de penita que pones. Si no es tan malo.
Agarro mi cabeza y me incito a meterlo todo en la boca, comencé a chupar sin dejar de mirarlo como me había indicado.
-Que boquita tan calentita, vas a hacer que me corra en ella. Pero ese no es el plan. Mi idea es llenarte la zorrita de leche, que te chorree por tus lindos muslos. Mientras decía eso acariciaba mi cabeza, y me empujaba más.
Quito su miembro de mi boca, se acostó con su horrendo pene erecto.
-Ahora me vas a cabalgar.
Me subí, y el brusco lo metió completo, sentía que me hervía la entrepierna. Me subía y bajaba mientras abría mis nalgas.
-Debes gemir, por favor. Aunque no lo sientas.
Comencé a gemir como un robot y sus penetraciones eran más bestiales. Poso un dedo en mi trasero y presiono profundo en él.
-Esas tetas como saltan, acércalas a mi boca.
Las acerque a él, me mordisqueaba los pezones.
-¡Que ganas de arrancarte los pezones de un mordisco! Que zorrita más apretadita, y ya está algo mojada ¡Me encanta!
Me clavo sus uñas en el trasero, y comenzó a convulsionar en mi sexo como un enfermo. Su cara asquerosa tenía una mueca de satisfacción que me hartaba.
Termino acabando, yo me levante de inmediato, busque mi ropa interior, me puse todo muy rápidamente.
- ¡Ya está hecho!
- Mi beso de despedida antes, y te dejo ir.
Me acerqué, el tomo de mi cabeza bruscamente y me metió la lengua hasta la garganta, pellizco mi trasero, paso su mano por mi sexo y me golpeo las nalgas.
Tomé mis cosas, la cartera, el sobre estaba aún ahí, salí rápidamente con mi vergüenza. Las lágrimas cayeron todo el trayecto del metro a mi casa.

Sentada en mi cama, mire el fajo gordo de billetes, los comencé a oler, a besar, a lamer, y a sonreír. 

domingo, 31 de julio de 2016

Dulce Experiencia.

El sexo no es lo más importante dicen, pero para mí es una parte fundamental para poder conocer a la otra persona.
No importan los idiomas, en el lenguaje del sex es mucho más sencillo conocerse, no necesitas hablar, solo sentir.
Mientras fumaba un cigarro en su apartamento, él se pegaba atrás mío moviendo su pelvis. Yo mirando la noche, sentía poco a poco la necesidad de pegarme más a su cuerpo.
Lo deje jugar, sopesando todo, lo conocía hace solo 4 horas aprox, y no estaba acostumbrada a dejarme llevar tan rápido por alguien. Sin embargo, siempre me ha traído lo exótico. Su piel es blanca, sus manos son grandes, perfectas para tocar mis pechos grandes dispuestos.
Me controlo aun pensando si es muy pronto o no. Aunque finalmente me fascina más la idea de dejarme conquistar, y ver a qué lugar me llevan sus grandiosos besos.
Tiro el cigarro, me acuesto junto a él. Intento evadir sus caricias cerca de mis senos. Mentalmente ya estoy decidida, pero quiero ir despacio.
Dentro de mi pantalón siento como poco a poco me voy humedeciendo, es apasionado como me gusta, expresa deseo hacía a mí y eso me excita.
Sus manos se vuelven más locas, mis besos se intensifican, lamo su cara, su piel, su boca, deseo comerlo con el gusto, el tacto, morderlo, poseerlo.
Finalmente, nos acercamos cada vez a otra habitación, nos detenemos un poco antes, para simular que me penetra con mi ropa aun puesta.
Mis mejillas se ponen rojas por el calor que va ascendiendo. Adoro a las previas, y me gusta aún más que el sexo no sea convencional.
Me tire a la cama, me quite la ropa, mis pechos salieron llenos a su boca, mordisqueaba dulce, tocaba suave y delicado. Le pedí que apretara más fuerte mis senos, que los ahogara no solo con su lengua, que se perdieran en sus manos.
Quise probar cosas nuevas, me recosté en la cama, le pedí que acercara su miembro bien cerca de mi cara, y lo introdujera entre mis tetas, de vez en cuando dejaba escapar mi lengua en su pene exquisito, y comenzamos ese juego, mientras sentía que me follaba las tetas, no podía dejar de gemir y mirar su rostro lleno de placer.
En mi zona más baja, iba mojándome más y más al solo mirar esta escena. Apreté mis pechos bien fuerte en torno a su “DICK”, para que eso le provocara la sensación de que estaba entrando en mi zorrita ya muy mojada por la situación que estaba viviendo.
El penetro y penetro mis tetas, hasta que poco a poco su intensidad se hacía más elevada. Yo sentía una mezcla de satisfacción y ansiedad porque sabía que pronto vendría a caer todo su clímax en mi cara y en mi boca. Soltó varios y grandes chorros en ella, saque mi lengua para poder saborear algo de sus jugos, pase mi lengua alrededor de mi boca, no me gusta desperdiciar una gota de ese brebaje, me sentí completamente pagada, el premio que más deseaba era que se corriera.
La mañana llego y mis ganas aún seguían. Había un fuego incontrolable que quemaba mi entrepierna. Me encantó la idea de despertar junto a él, y que lo primero que tocase fueran mis tetas, que al solo contacto se estremecieron, mis pezones se endurecieron con furia, la ropa hacía que el calor se intensificara. Acerque bien mi trasero a su pene, comenzó a moverlo, invitándolo a que entrara cerca de mi zorrita.
Me quite las bragas, se quitó la ropa interior. Le tome su mano y la puse en mi sexo, necesitaba estimularme más antes que lo dejara entrar por completo. Metió uno de sus dedos en ella y percibió que estaba muy húmeda.
Ingreso de a poco, fue abriéndome, mis mejillas se sonrojaron, y mi boca comenzó a disparar los gritos más descontrolados, él puso una mano en mi boca, le comí un dedo, se lo chupé mientras estaba siendo penetraba. Sus estocadas eran cada vez más intensas, la cabeza me daba vueltas, y el como un loco me daba duro. Escuchaba su suave gemir, eso me descontrolaba aún más, quería morderlo, comerlo, que me llenara de leche la entrepierna.
No podía dejar de pensar lo rico que me follaba, entraba y salía demoníaco, lo rasguñe, lo comía con mi sexo, quería atraparlo, apretarlo, exprimirlo hasta que pudiera soltar todo el jugo.
Comenzó a entrar más fuerte y profundo, su boca no dejaba de soltar pequeños gemidos, mis ojos brillaban y tenía una pequeña sonrisa de satisfacción.
Estaba a punto de correrse, y lo podía percibir. Adore ese momento, el sentir su respiración agitada, sus movimientos más placenteros, la rapidez de su penetración, y el acabar, el acabar en mi sexo.
Nos quedamos un momento compenetrados. Luego, de eso salió, y se sintió igual de rico.
Tome mis bragas, las toque. Y estaban aún muy mojadas.



viernes, 29 de julio de 2016

CHOCOLATE

Sus manos eran grandes, de esas que miras y piensas: ¡Creo que es capaz de agarrarme bien todo un seno!

Lo conocí por esas cosas de la vida, vas a un disco, aparece un chico que te saca a bailar, y porque esa noche tenía ganas de probar algo exótico, accedí a danzar con el tipo de 1.90, manos grandes, color chocolate y ojos verdes.

El hombre era un sueño, su acento tropical, su cuerpo que de lejos se veía bastante trabajado, me incito a querer tocarlo, y hay que decir que estos chicos se la traen y te dejan saborear un poco entre un bailecito bien apretadito.

Fui palpando levemente, sus bíceps, tríceps y lo que sea más que tengan, su six pack envolvente, no solo era chocolate su piel, sino también tenía una barra en su abdomen.

Conversamos de cosas superficiales, la típica charla de cortesía para saber algo del otro. Se sentía tan rico el tan alto, y yo pequeña con la altura perfecta para que su pene se pudiese internar entre mis senos, era solo cuestión de desabrochar el pantalón, y que saliera la alegría.

Con mi perfecto minivestido rojo, mis tacones aguja, mis labios rojos, el pelo de fuego me movía al ritmo del “Perreo” y el de a poco se agachaba para que pudiésemos hacer el bailecito simulando ser follada por atrás. De vez en cuando le pasaba mis manos cerca de sus musculosos brazos.

Me encontraba tan hot, el de a poco comenzó a pasar sus manos cerca de mis muslos, los apretaba, y luego subía sus manos a mi cintura.

Nos quedamos de frente, nos miramos, nos acercamos más al ritmo de una bachata en la que me deje llevar por él, y rozamos nuestros labios de vez en vez, hasta que no pudimos más con el jueguecito, y me comió la boca salvajemente. El beso, el baile, hicieron que mis pezones se endurecieran y me apreté más a su cuerpo, podía sentir que él también tenía un trabajo debajo de ese pantalón.

Me miro con cara de “Te invito”, y nos fuimos a sentar. En la mesa, bebimos unos cócteles, conversamos vagamente, porque solo su mirada me perturbaba, mi rostro estaba enrojecido, y no atine a decir más: ¡Que hacía mucho calor!

El paso su mano por mi cara, sus dedos en mis labios, y yo no encontré nada mejor que meterme el dedo en la boca, chupetearlo mientras lo miraba a los ojos, se lo mordí un poco, y no se dijo más.

Se bebió todo el contenido de la bebida, yo el mío, me tomó de la mano, y salimos a la noche juntos.

Subimos a su auto, nos miramos y besamos de manera descontrolada. Sus manos rozaron levemente mis senos, y sentía que iba a quemarme. Tenía un deseo tan fuerte por ser penetrada ahí mismo, derretir su pene en mi vagina, porque el fuego que sentía en mi entrepierna me estaba quemando.

Puso andar el coche. Yo observaba las luces que pasaban rápido por mi ventana, no paraba de cambiar de posición mis piernas, y en los semáforos en rojo, el posaba su mano en mi muslo y lo acariciaba ¿En qué momento internaría esos dedos grandes en mi zorrita?

Me arreglaba el pelo, y me lanzaba aire con las manos, el calor que sentía era perturbador, cuando de nuevo se detuvo el carro, y él acarició mi pierna, le tomé la mano y la metí debajo de mi vestido, el solo alcanzo a rozar un poco mis bragas. Finalmente, quito la mano.

No podía entender porque el chico no me acariciaba, y no encontré nada mejor que quitarme la ropa interior, tirársela en su pantalón, él la miro y me sonrió.

Abrí un poco mis piernas, y comencé a tocarme. El miraba de reojo toda esta escena, y se movía incomodo en su asiento.

El coche se detuvo, se bajó, me abrió la puerta, y entramos a un edificio.

Una vez en el ascensor, me agarro, y puso mis piernas a sus costados mientras besaba mi cuello, pasaba su larga lengua rosa por mi cara, penetraba mis oídos, me lamía la boca, y me balanceaba para adelante y atrás. Pude sentir algo bien grande que chocaba en mi sexo. El hombre estaba duro, y yo muy húmeda.

Entramos a su departamento, yo aun en sus brazos, y me dejo en el piso. Mientras veía como se alejaba y me dejaba tirada yo pensaba: Solo quiero saber si era mito u era verdad, y bajo esa perspectiva me lancé en este juego con un extraño de chocolate.

Al rato volvió con una sonrisa descarada, y en compañía de alguien más. Otro negro igual de grande que él, me levante asustada, aterrada y trate de salir, y el por fin hablo.

-Tranquila, es mi hermano ¿Queríamos saber si te parecía follar con los dos?

- ¿Con los dos? Abrí bien los ojos.

- ¡Sí, una doble experiencia chocolatada!

Lo pensé por unos minutos, ya estaba aquí, quería obviamente descifrar ese enigma, pero jamás se me había pasado por la cabeza que fuera con dos negros, y menos que ellos fueran familia. El otro tipo era igual de guapo, de hecho, eran idénticos. ¿Qué suerte la mía? ¿Gemelos? ¿Los dos solo para mí?
Sopese un poco las cosas, yo era bien pequeña, no sé si me la podría con dos negros al mismo tiempo, pero la idea de obtener una nueva experiencia para relatar a mis amigas, me llamaba mucho la atención.

El primer negro, saco mis bragas de su bolsillo, las olió, las tocó y me las tendió.

-Huelen muy rico, y aún siguen muy húmedas ¿Me imagino que no quieres desperdiciar esa cantidad de fluidos? Asumo que tu entrepierna chorrea.

¡Madre mía! Pensé.

Otra vez la libido se me estaba subiendo a la cabeza, y le dije:

-Mis bragas te las puedes quedar aun, no las necesito por ahora.

- ¿Eso es un sí?

- ¡Definitivamente!

Los dos me tomaron de la mano, me llevaron a una recamara, donde todo era blanco y rojo. Me dejaron entrar primero, y uno de ellos me detuvo un poco, puso su mano cerca de mi entrepierna, comenzó a masajear, mientras me besaba el oído, me pasaba la lengua descarada. Luego, sentí otras manos que me quitaban el vestido, y otra mano desabrochaba mi sostén.

-Ve tu primero a la cama, y quiero que te pongas en 4 para nosotros.

Como una niña obediente, me subí a la cama y tomé esa posición, ellos paseaban por alrededor, me observaban, asentían con la cabeza, y se miraban risueños.

Uno comenzó a quitarse la camisa, el otro hacía lo mismo, se quitaron los pantalones, y quedaron solo con sus bóxer. Yo contemplaba dentro de lo que podía esta escena, se podía ver lo excitados que estaban ambos, sus miembros se hacían notar bajo la ropa interior, y eran tremendos.

Me sentía un poco humillada en esa posición, ambos solo se pegaban miradas cómplices, hasta que uno me dice:

-¡Tócate para nosotros! En esa misma posición.

Pasé una de mis manos a mi vagina, comencé a masturbarme tímidamente, podía ver desde abajo el brillo en sus ojos, y que no paraban de tocar sus penes. Hasta que el segundo no se aguantó más, se acercó a mi entrepierna, saco su lengua grande y gruesa, comenzó a abrirle paso a mi clítoris y a presionar levemente en él. Presa de un calor que suponía le quemaba la boca al negro rico, comencé a chorrear como un grifo. El metió uno de sus gordos dedos en mi zorra. Yo comencé a gemir desesperada. Su lengua se internó en mi culo y me penetraba el agujero, su dedo aún me masturbaba la hendidura, y siento al tiempo que otra mano me agarra el pelo, me pide abrir la boca, escupe en ella y me mete toda la lengua. Agarra mis pechos y me pellizca los pezones. Yo no podía más del aturdimiento, solo sabía que estaba dispuesta a jugar a lo que ellos quisieran.

Me dieron vuelta, se acostaron a ambos lados, los miré con la boca entre abierta y solo pensé: ¡Deja vu!

Sus 4 manos manosearon todo mi cuerpo, me sentía en una posición tan ventajosa. Solo que aún no podía saber si era “Mito o verdad”. Pero claramente todo indicaba que era una “Realidad”.

Dos dedos se internaron en mi vagina, me penetraron rico, los quitaron, y los metieron de lleno en mi boca.

- ¿Te gusta como saben tus juguitos?

Asentí con la cabeza.

Luego me penetraron nuevamente los dos dedos, entre risitas cómplices, y uno de ellos metió un dedo más, sentí un poco de dolor, que al poco rato se sintió placentero.

- ¿Te duele?

Entre gemidos les indique que no.

-Entonces podrás aguantar nuestros penes.

Se quitaron la ropa interior, y ante mí se presentaron dos penes gordos, venosos, erectos, exquisitos, y me dio hambre, quería endulzarme la boca. Hice ademán de acercarme, pero uno de ellos me acostó nuevamente. Luego, el otro tomó varias almohadas y las puso bajo mi cabeza.
-¡Observa, golosa! Dijo uno.

-Te lo vamos a meter entero, putita.

Comenzaron a masturbarse lentamente, y veía brillar de sus puntas el líquido pre seminal (Todo el tiempo sonreían mientras se tocaban sus miembros) Yo por inercia no podía dejar de mirar con grandes ojos, y pasarme la lengua por mis labios, ansiosa por poder tocar esos dos cilindros de chocolate.

- ¡Vaya chica que te cazaste hoy, hermano!

- ¡Ves como chorrea! Paso su mano por mi agujero, y se lo metió a la boca.
-Está chorreando por montones.

Seguía observando al par, sin entender nada. ¿Qué clase de juego era este? Por otro lado, hacían como si yo no existiese, pero al mismo tiempo me generaban placer solo a mí.

Mientras me sentía confundida, uno de ellos me toma y me ofrece su miembro, empuja un poco mi cabeza. Yo muy nerviosa lo tomó en mis manos, lo voy saboreando lentamente con mi lengüita pequeña, lo lamo como una gatita que toma su leche, y va ingresando por mi boca poco a poco, debo abrir la boca grande, comienzo a bajar y subir mi cabeza, tratando de que llegue a mi garganta lo más posible, pero solo me entra la mitad en la boca. El otro chico me agarra de las caderas, y mete toda su lengua en mi vagina. Al que se la chupo, pasa por debajo de mi abdomen su mano y me estimula el clítoris. Con la boca llena, lamida y masturbada, suelto un poco el chocolate, pero él cálido me obliga a seguir comiéndole el pene. No dejo de mover mi pelvis, y a soltar de vez en vez el juguete para gemir un poco tranquila. Sus risitas hacen eco en la habitación. Mis piernas se van tensando, mis dedos se arquean, y suelto el pene para gemir como una loca.

-¡Por favor, métanmelo ya! Jadeo.

El hombre que tiene mi vulva toda en su boca y la chupetea incesante se quita los pantalones, y siento que algo me golpea el culo.

-Te la meto si prometes no dejar de chupársela a mi hermano.

-Lo prometo. Chille.

Sentí como poco a poco iba entrando, me rasgaba, me abría, me levanto un poco, puso mis piernas a sus costados, y comenzó a meterlo más. Me escupió en el trasero. Tomaron mi cabeza y me metieron de lleno el pene en la boca, el chico a que masturbaba con mi boquita, posó uno de sus dedos en mi trasero.

Sin poder expresar la satisfacción que sentía al ser penetrada, la boca a tope y ese dedo en mi culo, decidí seguir chupando mientras sentía que me partían la zorrita.

Seguí chupando, con los ojos llorosos miré al negro que gemía bajito. Su boca grande soltaba pequeños alaridos de placer, use mis manos y las transporte a la base para subir y bajar su cuerito, le pegue la lengua en el prepucio, saboree como de a poco iba follándome la boca, sus embestidas eran más violentas. Venía el jugo a mi boca, se puso más dura y soltó el primer chorro.

-Te lo tragas todo, puta.

Soltaba el segundo chorro, y no podía ya más tener tanto semen en mi boca, me chorreaba por donde podía escapar. Y como sintonizados, su hermano comenzó a darme más duro soltando chorros. Estaban llenos de semen, y todo era para mí.

Ambos se levantaron, quede con la boca empapada, chorreando líquido, me pase la mano por la boca para limpiar un poco.

-Quédate con el culito así, no cambies esa posición.

Uno con una facilidad me dio vuelta, y quede con mi culo ante sus ojos.

-Mira qué maravilla como cae todo mi semen por sus muslos.

-Es un desperdicio, hermano. Creo que la chica aún tiene mucha sed.

Sentí algo en mis muslos, no me dejaron mirar, la cabeza me la pegaron bien en la cama, y de repente ponen un plato ante mí con un líquido transparente.

-¡Es todo! Cómetelo.

Yo los mire sin entender nada, y quede mirando extrañada el plato, uno me agarro del pelo fuerte y metió toda mi cara en el plato, y la restregó en él.

Yo comencé a pasar mi lengua y a beberme todo el líquido. Estaba más frío, pero su sabor era parecido.

-Debes pasarle la lengua.

Tome el plato, le pase la lengua y lo limpie todo.

- ¡Que buena niña! Ahora las sábanas.

- ¿Qué?

-Que chupes las sábanas, no queremos que se desperdicie el semen de mi hermano.

Me puse a chupar las sábanas, por todo el sitio donde había caído semen.

- ¡Bien!

Comenzaron a masturbarse nuevamente, y acercaron sus penes a mi boca, chupaba uno, después otro. Los miraba con los ojos brillosos.

-Me encanta que me mires así bien perra cuando me lo chupas. Dijo uno.

-¿Te das cuenta que aún podemos seguir dándote? Lo dura que nos las pones. Dijo el otro.

Uno de ellos me tomo en brazo, paso una mano por mi sexo y metió sus dedos. Me embadurno el agujero del culo. El otro escupió en su mano, y me echo un poco más. Se apoyó en la pared, y de golpe me lo metió en la zorrita. El otro por atrás, lentamente comenzó a meterlo por mi culo.

- ¡Que apretado esta!

Yo solo jadeaba, luego gritaba. El que me daba por la zorra me metió un dedo en la boca para que lo chupara. Se lo mordí fuertemente, me ardía tremendamente el ojete, y cada vez empujaba más fuerte en mi culo.

En perfecta sintonía estaba siendo follada por ambos agujeros. Los negros se sonreían, yo solté el dedo y comencé a gemir desesperada, cada vez más fuerte, sintiendo que me partían.

Mi cuerpo sudaba, sus cuerpos estaban empapados, se escuchaba el golpetear fuerte de sus sexos con el mío. Turbé los ojos, y le rogué que acabaran.

Sus risitas se hicieron notar otra vez.

-No esto termina cuando te llenemos de leche el culo y la zorra, puta.

Sus lenguas se metieron por mis oídos, me lamían el cuello de vez en cuando. Uno comenzó a juguetear con mi lengua, sus movimientos locos.

Sentí otra vez una mano en mi clítoris, sentía que me iba a desmayar de tanto placer. Ambos me estaban dando duro, hasta que comenzaron a hacerlo más fuerte, más rápido y a gemir levemente, sentí como me llenaban los chorros violentos que salían de sus penes descomunales. Los quitaron en breve, y se escuchaba como caía uno que otro poco de semen al piso.

Me dejaron en el piso.

-Ya sabes.

Comencé a pasar mi lengua por todo el piso para no dejar ni una gota de semen. Mientras escuchaba sus ¡Muy bien! Eres una perra limpia.

Me tendieron en la cama, se acostaron a ambos lados. Yo ya no podía más, me sentía cansada, repleta, con una leve sonrisa en mis labios, pude tener una doble experiencia de "Chocolate".

jueves, 28 de julio de 2016

SEXO SENTIDO

A veces pensaba que no podría controlar estas sensaciones y sobre todo cuando venían a mí esos pensamientos que sugerían ser sucios porque iban en contra de todos mis valores. 
La idea de verme como una puta me turbaba, pero mi subconsciente quería decirme algo, cuando cada vez se hacían más constantes esos pensamientos me decía: Solo son fantasías, como las tienen muchas mujeres. 
Aunque nuevamente esas imágenes enloquecedoras que hacían que me sintiera bastante ardiente, venían a mi memoria, como ahora que las estoy contando. 
El hecho de estar con el culo al aire en un auto, con una fila de hombres sedientos por penetrarme. Y que ellos no pudieran ver mi rostro, ni siquiera les importaba como era la mujer que estaba con sus intimidades al aire, lo importante era quitarse las ganas y mientras en mi mente habitaba esa fantasía y mis manos acariciaban mi sexo para llegar al clímax, y bien, la manera en que llegaba era deliciosa, deseaba tremendamente que fueran las manos de un hombre. 
Me sentía desesperada, porque llevaba meses sin sexo y ya pensaba que estaría así toda la vida, me deje envolver por distintas fantasías, era lo único que tenía a mano. 
Encontraba macabra la idea de tener que adquirir juguetitos para divertirme, mis amigos me decían que era muy guapa, pero hay que recordar que son mis amigos, así que me valía madre lo que ellos pensaran de mí. 
Tal vez me salía por los poros esa necesidad sexual de que un hombre me penetrara, tal vez se espantaban, porque expelía algún aroma muy fuerte, y no lo digo de manera mal, pero quizás no embriaga como el aroma que uno expele cuando se encuentra comprometida, porque a los hombres le gustan las cosas difíciles y que más complicado que desear a la mujer de otro, y que esta se encuentre enamorada de aquel tipo. Me gustaría estar en esas, al menos tendría con quien follar diariamente y habría confianza, lo desearía, por algo estoy con él. Pero ahora he llegado hasta pensar en follarme al primero que se me cruce en el camino. 
Tenía opciones, y eran tremendamente guapos. El problema es que eran unos desgraciados, no hay nada peor que encontrarte a hombres así. Coquetos patológicos en otras palabras. El solo hecho de decirle cosas a otras mujeres, calmaba sus ansías de serle infiel a su mujer. 
Y yo por más que les decía que estaba dispuesta a todo, ellos terminaban con la frase: No, si es una broma, somos amigos. Pero seguían con el jugueteo.
Ya estaba pensando que lo mejor que podía hacer con tipos así, era tomar sus manos y que tocaran mis partes. Mis senos, mi sexo...y decirles: Ardo en deseo. ¿Puedes ayudarme? ¿Me quitas las ganas? Tal vez me seguirían la corriente y al fin podría tener sexo alocado o simplemente terminarían asustados con mi actitud tan directa, la verdad no sé lo que pasaría, pero ya estaba bastante aburrida de los juegos, de los coqueteos. Estaba esperando la acción y pasaban los meses y jamás veía que se acercara a ese momento. Está bien jugar y todo, pero... ¿Cuándo concretan? Y así conocí a los coquetos empedernidos, y me di cuenta que había muchos tipejos así, esos son uno de los más odiados, No entiendo el afán de andar seduciendo por la vida, debería ser un deporte que saliera en las olimpiadas, porque ¡Vaya! Habitan por todas partes en verdad. 
Sigo tocándome mientras voy divagando en una y otra cosa, pero sé que debo concentrarme si quiero alcanzar el orgasmo, ahora me penetra un tipo de estatura mediana, no es muy agraciado, pero quiere lanzar un escupo en mi sexo, porque le gustan bien lubricadas, y yo pienso está bien, soy una puta ¿Pero las putas descansan? ¿Cómo no me irrito? Y ¿Cómo piden que me encuentre lubricada? Si ya han pasado cientos de hombres por mí. Y pienso: ¡Vaya que debe ser duro ser una puta! 
Pero a pesar de todas estas cosas que pienso, tengo claro que no quiero ser la puta de todos, quiero ser la puta de un solo hombre, y sí sé que suena feo que me autodenomine así, cuando tendré una relación “Sana”, pero el dicho popular indica ser una puta en la cama y una dama ante la sociedad. Y, por otro lado, me cargan esos gallos que dicen mi mina no me da la pasada, o que las mujeres se hacen las difíciles, y cuando hay cientos como yo que están dispuestas a hacerlo todo porque las encajen bien, que las follen duro, sin después andar psicopateándolos o pidiéndoles algo más que un intercambio exquisito y amistoso de sexo, con el fin de conseguir mutuo placer, claro me importa un rábano el placer de él, solo quiero venirme. Ese es el fin de un tipo cualquiera, no importa lo que le satisfaga y puedes darte el lujo de ser egoísta, y no pensar en la maldita reciprocidad de las parejas convencionales. Y me siento capaz de tener una relación así con un MISTER PENE. Porque ya no estamos pensando en una persona, podemos decidir saber el nombre y su número de teléfono, lo demás no importa y si se pone con ánimos de charlar, siempre podemos ser unas perras cortantes y que entiendan que solo quieres sexo y no te importa si comparten intereses en común. Los hombres son así y ya veo cada vez más en este siglo mujeres con corazón de piedra que piensan con el sexo, ya no con el corazón, y así como lo planteo, quiero sentirlo cada día más, claro me cuesta, Porque siempre he asociado el sexo con el amor, como un vínculo ultra íntimo que solo puede tener acceso aquella persona que no solo te alborota las hormonas, sino también te hace zapatear el cucharon (De modo muy coloquial lo expreso). 
Y mi pregunta es la siguiente ¿Podré volverme como un hombre? ¿Y si empiezo a ingerir alguna especie de sustancia que me haga ser más masculina? ¿Cómo quitar esos sentimientos estúpidos? Follar por follar, sin remordimientos, sin llamadas, sin te veo luego, sin citas, sin miradas sentimentaloides y un espero que no me olvides. 
Claro, pase de ser una perra que solo necesita sexo a replantearme todo, que cuesta hacerlo. Pero....Los hombres cuándo se comportan así, solo follan ¿No entran en la categoría de putos? Porque la mujer es una puta cuando se acuesta con muchos hombres. No se supone que las mujeres ligeras son aquellas a quiénes se les paga. Entonces no entiendo porque nos maltratan tanto.
Aunque lo peor de todo, es cuando te dicen: Chica, sé open mind, si eso de que serás una zorra por acostarte en la primera cita es una farsa. Y ya los ves hablando con un amigo a quien le dicen esta weona es más fácil, me lo paso a la primera. 
Los hombres son un arma de doble filo, pero igual hay algunos que salvan, pero aquellos que salvan son unos geeks. Me ha tocado presenciar geeks con el ego a la mierda. - 
Y entonces piensas: Los hombres que se acuestan contigo una noche y no te llaman más son los peores. Pero un tipo feo con el ego a la mierda es el terror de terrores, no hay nada peor que eso y mucho más complejo, cuando estas con un tipejo, porque no se le puede llamar persona ni nada por el estilo, de hecho ni siquiera debería entrar en el área de tipejo, debería pasar al mundo de los insectos, y ser el insecto más horrible del planeta, no puedo recordar en este minuto el nombre, pero sin duda es para este tipo de tarado. La verdad. Si he estado con hombres feos que se creen minos, y tienen una especie de magnetismo cataclismico que te alborota todo tu ser. Es como
¿Qué se cree este weon? Y no hay nada peor que un feo arrogante, egocéntrico e indiferente, esa clase de insecto es única en el mundo y te llevan a un mundo de mierda, porque deben ser esos escarabajos que hacen bolitas de mierda y se las llevan para su casa. Y esa mierda eres tú rodando, porque así es como te hacen sentir. ¿Cómo te alejas de esos? Te aburres en algún momento, porque son malos en la cama. Y su manera de ser se justifica para esconder su inseguridad, y que en el fondo son insectos que necesitan hacer sentir mal a las mujeres para esconder su verdadera cara.

Y así me pasó divagando en historias pasadas, mientras trato de llegar al fucking orgasmo y quedar peor...pensando en que quizás debería dejar de hacer esto, ya que las ganas se harán mayores. Sin embargo, debo concentrarme en llegar al punto máximo, al big bang del glorioso orgasmo, donde se conecta el deseo de mi sexo a 1000 y el otro porciento que ponen las imágenes en mi cabeza para explotar en gemidos, sensaciones y una humedad entre mis piernas y claro sigo ahí manteniendo nuevamente las imágenes bizarras de mi vida de prostitución ¿Solo quedaran en mi cabeza? O me volveré una mujer de aquellas, de las calles, de las esquinas y todo. Y comienzo a sacar cuentas. Si fuera así, tendría que ver las tarifas, pero la verdad no me interesa mucho desgastar mi cuerpo con uno y otro, prefiero escoger a mi presa, y que aquel afortunado o tal vez no tan afortunado si lo planteo que mi paga se vuelva el placer. El placer de cada hombre que se interne entre mis muslos, pero que yo escoja quien me lo dé, esa es la diferencia de ser una prostituta, que yo elijo. No significa que estaré una hora con diferentes hombres… significa cuando yo quiera, con quiera, donde yo quiera y como yo lo quiera. Y sea yo quien indique como hacerlo y conseguir el tan ansiado grito feroz de mis labios que culmine la noche (Me puse romántica, una mala costumbre)… diariamente, con diferentes tipos de cuerpos, piel, manos, penes, suspiros, gemidos y que derramen en mi cuerpo ese líquido de la vida arrojado en mi sexo, en mis senos, en mi cara, en mi trasero, donde quieran, cuantas veces quieran…porque necesito verlo, saborearlo, palparlo para saber que conseguí el placer de verlos venirse por mi expertas técnicas amatorias. Pero el placer es mío, su clímax solo debe ser mío y luego echarlos de mi casa, para que al rato entre otro. Sí, estoy muy desesperada al parecer, pero estoy así porque quiero beneficiarme de ello y sentir continuamente como mi cuerpo reacciona al contacto de distintos cuerpos y lo que cada uno pueda entregarme. Un sin número de sensaciones que pueden cautivar mis sentidos. 
Tal vez mi sexto sentido signifique eso, o mejor dicho mi "sexo sentido" el abrirme a nuevas emociones. He descubierto que puedo enfocarme solamente en ello, y volverme una puta, pero una puta que su paga solo sea el más increíble orgasmo que desmorone todo mi ser de forma positiva, que no descanse ni un minuto, que siempre quiera más. ¿Me estaré volviendo como ellos? Mientras me acaricio y me pienso en ese auto con el culo al aire, se ha despertado en mí el sexto sentido del más puro e exquisito sentimiento de todos los tiempos conseguir el grito ahogado, el tensar mis piernas y luego sentir los temblores cuando me relaje, que los dedos de mis pies se encorven, que grite disparates, como nombres, palabras sucias y los muy utilizados: Síiiiiiiiiiii, Yessssss, Dale “X” nombre y perder por un instante la cordura, pensar que podrían venir todos los hombres del planeta a sofocarme con sus grandes miembros y bañarme hasta dejarme toda mojada con el delicioso elixir de la lujuria, la culminación del deseo absorto de su cuerpo. Quiero y necesito volverme una puta, y conseguir mi paga. El PLACER.