Atendí el
teléfono para la llamada que estaba esperando hace semanas, la confirmación a
uno de mis más grandes fantasías, por fin, podría estar con dos hombres.
Ambos a
regañadientes aceptaban follarme una noche entera, a cambio de hacer un trío
con cada una de sus chicas.
Me refresque, me
puse mi vestido fantástico sin bragas, un rojo intenso en los labios, tacones
altos, panty medias, y me lance a la aventura.
Dos machos para
una hembra en llamas, prendimos unos pitillos para entrar en ambiente, antes de
que alguno siquiera se atreviera a tocarme el muslo. Decidimos seguir fumando,
y bebiendo. Al ver que les faltaban las agallas, me senté en medio de los dos,
y me quite el vestido, ellos me quedaron mirando, y mis bellos pechos blancos
quedaron expuestos al sacarlos del corset, invite a sus bocas a besarlos, y
comenzamos con el juego.
sus manos se
volvieron múltiples en mi cuerpo, tocando mis senos, mi sexo, metiendo dedos en
mi boca, tratando de quitarme lo más rápido posible las ligas, yo los besaba a
ambos, y tocaba ambos penes al mismo tiempo, baje los cierres y saque
imponentes miembros solo para mí, comencé a lamer uno, mientras ofrecía mi
vagina al otro, quien no dudo en chuparla de inmediato, y jugar con su dedo en
mi clítoris, lo que me provocaba interminables convulsiones, sentía que mi sexo
ardía por ser penetrado, y poco a poco se iba humedeciendo.
-Mójame el
trasero con tu lengua, ahora.
Escupió mi
trasero, lo embadurno bien, le pedí al chico al cual se la lamía que se
acostase, y me lo metiera como pudiera en mi sexo, mientras que dejaba expuesto
mi trasero para el otro. Lo llame con mi culo, y el rápidamente intento meterlo
todo, sentía que iba a explotar de tantas embestidas, me daban por el culo, y
por mi zorrita bien mojada, se salía y lo volvían a meter, olvidaron sus
pudores, y lograron seguir una perfecta sincronía, acabando en ambos lados, llenando
mis agujeros de su exquisito jugo, al acabar, me levante, me agache un poco
para que ambos contemplaran como escurría ese delicioso líquido por ambos
lados, y me chorreaba hasta las rodillas.
Descansamos unos
segundos, pero yo quería más, esto no podía acabarse así, me tire de nuevo al
suelo, y los llame. Comenzaron a pellizcar mis pezones, a introducir sus dedos
al mismo tiempo, y a llenar ese espacio que deseaba que estuviese repleto todo
el tiempo.
Me puse a lamer
el flácido miembro que se me ofrecía, para que poco a poco fuera creciendo en
mi boca, y el otro entraba de nuevo en zorrita, y hacía un ruido melodioso.
Estaba tan húmeda.
Otra vez el juego
provocador, del meter-sacar. Sintiendo que iba a explotar de placer, dos
hombres cogiéndome poseídos, cumpliendo mi fantasía.
buena historia, m
ResponderEliminarMuchas gracias!!
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